Para Rubén, que generosamente me regaló su idea.
La niña, mientras se convertía en mujer, perdió su corazón.
Fue una vez que lo sacó para ofrecérselo a él, pero como no le gustó, no tenía el tamaño ni la textura apropiadas, ahora vaga sin dueño.
Algunas veces se le puede escuchar en cuartos de baño vacíos o en cuevas oscuras y húmedas, es como un doble goteo: tlocktlock, tlocktlock, el sonido de un corazón sin dueño.
Algunos lo oyen, principalmente los niños, cuando pasan cerca de los lugares por los que vaga, pero piensan que ese, tlonktlonk, tlonktlonk, es un simple goteo.
También las parejas de enamorados, que van en busca de rincones oscuros, pero no entienden que ese sonido, es la llamada de un corazón solitario, en busca de un amigo.
Y sigue vagando por cuartos de baño vacíos y cuevas oscuras y húmedas, buscando a la niña-mujer, que un día ofreció su corazón, condenándolo a vagar por cuartos de baño vacíos, y rincones oscuros y húmedos, acompañando con su tlonktlonk, tlonktlonk, el gotear de la vida.
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1 comentario:
Hola Tali. Gracias por tu visita. Nos seguiremos también por este medio.
Un abrazo de letras,
Javier.
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