miércoles, 22 de abril de 2009

La niña de la luna

Ven, pequeña, ven
—dijo la luna—
he construido un parque
con toboganes de risas
y columpios de flores.

Ven, pequeña, ven
lindos juegos compartirás
y mil cantos te acompañarán.

La niña despacito se asomó,
y en sus ojos plateados
una gran sonrisa se dibujó.

Ay, mi luna, mi lunita hermosa,
¡cuántas amiguitas para jugar!

Y la niña salió, presurosa
pues en el parque quería estar,
saltar y reír salerosa
y con todos los niños, soñar.

viernes, 3 de abril de 2009

Chincletón

En las proximidades de las fábricas de dulces crece una extraña planta sin tallo, llamada chincletón.
De las raíces crecen directamente las hojas. Son grandes y delgadas, elásticas como la goma y de diversos colores.

Esta planta necesita del azúcar para crecer porque en sus hojas viven unas bacterias llamadas acárides, que se alimentan principalmente de los componentes del azúcar.

Un investigador avispado, llamado Sam Cheiw, descubrió que los niños que vivían en las proximidades de esta planta no tenían caries.
Después de varios mese de investigar su dieta descubrió que la única diferencia consistía en que solían chupar y masticar las hojas de la planta chincletón.

Pensó que había hecho un gran descubrimiento y trabajó las hojas de la planta hasta convertirlas en un dulce muy apetecible para niños y adultos: el chicle.